viernes, 13 de abril de 2012

El acierto y el error de la Piramide de Maslow por omisión

No voy a presentar y desarrollar la pirámide de Maslow que sería como leer Molière con la capacidad de énfasis de Mariano Rajoy: todo está dicho en calidad y sobre todo en cantidad.

Esta semana, de camino a casa en el embotellamiento habitual, mi momento predilecto de desatascamiento cerebral, me hice la reflexión siguiente: la pirámide de Maslow como dibujo estático tiene un acierto y un error por omisión, por su condición de objeto único y por su calidad estática.

    
     1- Condición de objeto único: nunca veréis una pirámide de Maslow representada en un entorno, con otros objetos, o simplemente con otras pirámides de Maslow. Acierto.

No existe una pirámide de Maslow, sino tantas como individuos en este mundo. Sin embargo no se pueden representar juntas. Su dibujo se presenta como algo universal (es la misma para todos), pero si bien los conceptos (Necesidad, Seguridad, etc.) son comunes para cada uno, los ejemplos no lo son. Cada uno tiene su marco de lectura y no tiene que ponerlo en duda por la pirámide del vecino.

En la comparación, se pueden vivir regresiones, o frustraciones en su pirámide de Maslow propia, pero objetivamente no tiene que ser así, es un principio de equilibrio. Con lo cual representarla junto a otras sería poner en duda esta teória por motivos erróneos y subjetivos: para uno, es única.


     2- Calidad estática: no se inscribe en el tiempo. Error.

La pirámide vive alteraciones en el tiempo. Si bien lo anterior tenía un carácter onírico, eso es algo ineluctable. Es objetivo. Las necesidades básicas no son las mismas con 10 que con 70 años.

Si bien ya no se puede ver como un desencadenamiento secuencial de etapas una vez cumplido una etapa, sino como un cuerpo en mutación en la línea cronológica de cada individuo, o de cada familia si esta lleva un bagaje socio-cultural importante.








Tener recelo y Confiarse

La persona recelosa tiene que hacer las cosas escuchando su criterio para no equivocarse. Si no, no hace nada.

La persona confiada tiene que hacer las cosas después de una reflexión prudente. Sino hace las cosas equivocadas.